El mito de las zanahorias

Si la zanahoria mejora la vista o no, fue importante para la Segunda Guerra Mundial, cuando el ministro británico de aviación declaró que sus pilotos disfrutaban de una gran agudeza que les permitía abatir a los aviones alemanes desde muy lejos, incluso por la noche, gracias a que comían zanahorias.

Pero en realidad, esto de las zanahorias era un cuento destinado a despistar a los alemanes, ya que los británicos habían desarrollado una nueva tecnología de radar, la cual permitía localizar y apuntar a los aviones alemanes antes de que cruzaran el canal de la Mancha.

De todas formas, las zanahorias tienen mucho sentido en toda esta historia: este vegetal contiene una alta concentración de betacaroteno, precursor de la vitamina A, que es fundamental para una vista saludable. La deficiencia de vitamina A puede provocar ceguera, y por el contrario, un exceso de zanahoria puede poner la piel amarillenta.
Las zanahorias son un alimento muy saludable, ya que también son antioxidantes, ayudan a la secreción de leche materna, previene los procesos degenerativos de la piel y regula los procesos intestinales.

Hay muchos otros alimentos que también son ricos en esta vitamina, como por ejemplo los espárragos, los albaricoques, las nectarinas y la leche.

Lo recomendado es comer una zanahoria cada dos días, lo cual subsana la deficiencia de vitamina A, pero, en resumen, no por comer más zanahorias mejor vista tendremos.

¿Por qué se produce la caspa?

Las células del cuero cabelludo mueren y son reemplazadas por otras. En el caso del cuero cabelludo sano, esto ocurre una vez al mes. La caspa se produce por un hongo de la levadura, Malassezia. El microscópico hongo es un habitante normal de la cabeza sana, se alimenta de los aceites grasos secretados por los folículos pilosos del cabello. A veces, el hongo crece fuera de control, causando una irritación en la piel. Como resultado, se produce un avance del proceso normal de recambio celular y en estas circunstancias puede tardar menos de dos semanas. Las células muertas se van desprendiendo mezcladas con el aceite de los folículos pilosos y forman pequeños grupos de escamas.

Hay factores añadidos que pueden hacer que la caspa aparezca como el estrés, la sudoración, una dieta demasiado ácida, un desequilibrio hormonal, champús con un pH desequilibrado o abrasivos, las permanentes o el tinte pare el pelo. La caspa también puede ser un síntoma de la seborrea, la psoriasis, la micosis o de pediculosis.

De las enfermedades dermatológicas la caspa es la tercera que afecta en mayor proporción a los ciudadanos. La caspa no sólo se presenta en la cabeza, sino que puede ocupar otras áreas pilosas como la mitad de la cara, el bozo, las cejas, conductos auditivos, axilas e ingle. Los champús para eliminar la caspa deben contener los siguientes elementos: Ácido salicílico, alquitrán, azufre y sulfuro de selenio.

Se distinguen dos tipos de caspa: La pitiriasis seca o caspa seca, que consiste en una descamación con escamas blanquecinas, secas y finas y la pitiriasis atoide o caspa grasa, que presenta escamas englobadas con sebo.